25 mayo 2020

En la orilla.




Cierro los ojos. 
Veo.
La arena de la exacta orilla,
Allí donde mueren en fina capa espumosa las olas, 
que mojan mis pies desnudos
y establecen así el contacto real con esa inmensidad inmensa.
Esa a la que con inusitada  frecuencia vengo
para obtener las visiones que me dan la alegría de lo reciente 
y la orientación exacta para el  camino inmediato.

Llega la brisa a mi cara con la humedad precisa
y con el sonido que mezcla el reventar de la ola con el de la resaca.
Están allí encriptados 
informes del acontecer del planeta en cuanto a lo relevante para mi alma.

Repaso en segundos lo vivido en cada sentido evento.
A mi mente llegan en  destellos imágenes recreadas de lo ocurrido real 
superpuestas a las imágenes de lo deseado 
y con la música de la  emoción global de cada hecho.

No hay pauta ni orden cronológico.
Predominan las emociones.
No hay lógica en las asociaciones evocadas
pero hay certeza de su veracidad .

Escucho voces que me hablan;
que me cuentan sentires;
que me comparten  dolores .
Escucho relatos.
Tristes.
Escucho secretos.
Felices.
Escucho sueños.
Escucho muertes.

La vida así resumida  me llega desde el infinito ya oscuro 
y comprendo en instantáneo lo esencial en lo profundo de mi respiro.


10 mayo 2020

Breve carta a mi Papá en el dia de la madre.

Papá:
tengo muchas ganas de llorar.
Mamá ya no está.

La tarjeta que escribí y dibujé hoy con el  “Te amo mamá”   
no la puedo ir a entregar a su mano como ayer. 
Y no solo eso papá y perdóname.
Perdóname.

Creo que me falto, (y a ti también), 
decirle cada vez,
 cada día de su existir,
que la amaba. Que la  amábamos.

Me falto Papá  expresarle  mejor y mas, 
mucho más,  
ese sentir.

Necesito hoy decírselo  aunque ya no esté.
Me duele este  amor rezagado que hoy  me desborda y  me hace llorar.

Papá:
no es critica ni enojo ni rencor. Por favor.
Pero tampoco vi que tu le dijeras 
de alguna manera  que recuerde
que sí , que tu la amabas también,
pero así como ella se lo  merecía.
Así como  ahora tengo  claridad del cómo debió ser.
Puchas Papá. Perdón.
Así como ella se lo  mereció.

Papá:
Qué podemos hacer?
Tengo muchas ganas de llorar.
Mamá ya no está.

Feliz día mamá

Se que esperas mamá que  te envíe como cada año  
la tarjeta dibujada  en la que digo  que te amo

Al principio de mi vida ¿recuerdas? 
la ocultaba hasta el día preciso
para sorprenderte  en la mañana 
y dártela  orgulloso
esperando tu sonrisa
a la vera de tu cama.

Después -ya  cuando adulto-   volvía a la casa materna
para verte y  entregártela 
ya no escrita ni coloreada
sino en besos disfrazada.

 Hoy -ya  viejo-  he vuelto a dibujarla
y escribo en ella   lo tanto y tanto que me faltas.

Me consuela imaginar que sabrás 
que al igual  que como  ayer cuando  niño 
enviaré  aun sea  al infinito
mi tarjeta imaginada
que dibuja con lagrimas 
que  sigues viviendo en mi
madre amada. 


Av. Recoleta

  i pasó por la vereda de enfrente. Creo que me miró. Creo. Quizá    solo lo imaginé porque s iguió sin voltearse. No enlenteció su paso. i ...