El instinto de sobrevívencia hace que cada ser de este planeta proteja celosamente su integridad y su vida.
La capacidad de amar a la existencia misma hace que cada ser proteja además amorosamente la vida de cada hembra y de cada cachorro de su especie.
Si un integrante de nuestra comunidad por cualquier razón o causa se ha degenerado en su esencia y da muerte voluntariamente a una mujer o a un niño:
Debería ser eliminado fisicamente de la faz de la tierra aunque con ello evidentemente no se logra justicia ni remedio sino tan solo un empate numérico .
Es sin embargo una fórmula que propongo para que regrese finalmente nuestro rebaño al camino de sanidad extraviado y en virtud del miedo, que es a mi juicio la emoción mas potente que conduce las acciones de los humanos, llegue el dia en que nadie, ni en enajenamiento siquiatrico, se atreva a cometer homicidio.
Quedaría abierta la investigación del cómo podríamos detectar precozmente a aquellos que contengan en su ADN las combinaciones que posibilitan la comisión del delito y de cuales serian los antídotos farmacológicos y sociales.
Quizá mis nietos pudieran verlo y comprender porque hubo que regresar la pena de muerte a nuestro ordenamiento jurídico.