Escaño

Escaño

Pase nuevamente hoy por el mismo lugar desde donde siempre se ve el escaño de plaza que colocado en el ante jardín de su casa, tras la reja de fierro, lo espera y recibe diariamente a la misma hora. 

Estaba hoy vacío.

Me detuve un rato prudente  por si aparecía y continué mi viaje pensando. 

Quizá se puso de acuerdo con las palomas para darles la alimentación mas tarde hoy.

Yo, como una de ellas, fui por el saludo amistoso que me hace sentir contento cada vez. 

Fueron hechos los escaños para que en las plazas se sentaran los viejos lindos a alimentar a las palomas  que sin temor se aglomeran a sus pies a recoger las miguitas del pan que han traído para ellas y que dispersan cerquita de sus pies sus temblorosas manos.

Comprendo que además  están allí no para descansar sino para despertar amistad con algún paseante desconocido que pudiera detenerse enternecido a improvisar desinhibido alguna elemental humana conversación. Seguro que muchas de las conversaciones ocurren día a día  entre el y sus palomas que por mirar la vida desde lo alto , desde las copas de los pimientos o desde el cielo cuando planean, tienen tanto que decir respecto de nuestros errores en nuestro vivir en sociedad .