Querido viejito:
Hoy pasé frente a ti,
frente a ese lugar en donde hasta el año pasado estaba yo
entre tantos pequeños
haciendo fila para poder hablar y entregarte la lista de los regalos que deseabamos obtener.
Me detuve ahora a mirar cómo los niños a tu lado susurran los pedidos y te entregaban sus manuscritos garabateados que tendrás que descifrar.
Recuerdo como entonces me iba yo de allí emocionado de la mano de mamá mirándote hacia atrás con la certeza en el alma de que irías esa nochebuena a mi hogar .
Me acompaña mi tata que me insta ahora a subir y sentarme a tu lado y fotografiarme otra vez como tantas veces ayer. Te confieso que dudé pero finalmente desistí. Un poco por verguenza quizá.
Nos mantuvimos parados allí un largo rato mirando como avanzaba la desordenada fila de niñitos y papás y se iban sucediendo las sesiones fotográficas. Una emoción distinta pero igualmente intensa me invadió y a mi tata creo que tambien.
Se viejito que no eres tu el que vendrá esta nochebuena a mi casa en realidad. Se que otros lo harán.
Mantendré ese secreto tal como mi tata, incluso hasta hoy, lo mantuvo para mi.
Mientras veiamos a ese niño que ahora sentado en tu regazo miraba con ojitos vidriosos a la cámara para la fotografia ideal y según le iban indicando desde el lado de aca,… imaginé que era yo. Que ese niño de allí era yo, pero hoy. Y me ví realmente asi diciéndote :
" Se ya todo de ti, viejito pascuero de ayer. Ya no es necesario fotografiarme asi porque tu eres solo el holograma del sentir de mi feliz ayer y porque has pasado a ser desde hoy una hermosa fantasía que alimentaré hasta morir.
Recuerdo del 2022 que te pedí , en la ultima carta que te dejé, un balón de futbol oficial. Lo encontré a los pies de mi cama al despertar y reafirmé alli, como comprendo hoy desde esta otra dimensión, que eres absolutamente real.
Hoy no tengo ya la necesidad de escribir lo que te quiero pedir. Lo sabes con solo yo desearlo y pensarlo frente a ti, o aqui o allá o en cualquier lugar.
Y me admira el cómo de pronto han cambiado mis pedires desde aquellos que ayer repletaban la estantería de lo material a lo que hoy están en la misma estantería pero atiborrada de cajitas invisibles colmadas de lo valorico, lo conceptual , lo intangible, lo inmaterial.
Sigo imaginando soy yo el niño aquel sentado a tu lado , y veo que del otro lado , otro niño igual que yo , sentado está.
Querido Viejito: Deseo que ahora mismo estés en esos países en donde la imbecilidad humana causa destrucción por las guerras y les cambies al fin la pólvora de sus metrallas por pompas de jabón que vuelen bajo y llenen de burbujas flotantes los espacios de sus ciudades y provoquen la risa y la alegría de los niños persiguiendolas y de sus mayores mirándoles.
Y deseo que cambies los escombros que los rodean por arboles de navidad iluminados y musicales y transformes las bombas y los misiles en fuegos artificiales que pinten de arte el cielo de la tard. Que la sangre derramada sea solo pintura de colores para jugar.
Te pido además que cuando ya estés acá decretes para mi hogar 365 días de navidad y que nos traigas el regalo del querer permanentemente estar reunidos en una lúdica sesion de recuerdos y de anécdotas y de descripciones de soñares y de planes de un mañana mejor.
Que cada dia del año llegue a casa mágicamente una cajita con la comida para todos,
con los remedios para nuestros enfermos,
con un libro para que ser leído por los abuelos y escuchado por todos.
Que la cajita traiga ademas un lápiz y un papel para cada uno y que sea obligacion que antes de dormir debamos escribir o dibujar lo que del corazon nos quiera salir para a otros regalar mañana.
atte
24 de diciembre del 2023