Camino hacia una luz que imagino
y de la que formaré parte cuando sea infinito.
Marcho a paso firme
sin quebrantar flor alguna de las que embellecen la ribera
y voy dejando a la vera todas las semillas que he podido acopiar.
No he sabido descubrir con mis limitados sentidos
la imagen de un ser superior para adorar
que tanta belleza no se puede dar
sino como expresión
del más genuino amor
puesto ante nosotros como guía
de la forma de recibir y dar
que es la manera feliz de vivir.
Puedo ver ese amor ya!
He aprendido a ser feliz tras el dar.
Ambos logros ya encarnados en mi ser
son la música que escucho al caminar.
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