07 febrero 2020

caldera 2020




















Vuelve a mi la vision de la rada quieta 
que espeja las luces de la misma ciudad dormida de ayer 
 y vuelvo a sentir en mi alma 
la invitación a volcar en  sus aguas 
la vision  de la vida que  ebulle en  mi ser.

Es inevitable.
Es una mujer
que acaricia mi alma  y  me acoje en su entraña
y me obliga a volver.

Me entrego gozoso al placer
y me desnudo sin inhibicion;
me sumerjo en sus aguas
diluyo alli y asi mi  pasión.

Soy ahora yo la bahia
que absorbe callada
todas  las historias de vida
de quienes en esta noche pueblerina sueñan 
y de quienes aun bailan enamorados en el burdel
cuya roja luz del dintel
anuncia su  vigencia 
y se refleja también en la superficie del agua 
de esta rada negra de noche brillante 
que me enamora y me apresa
y me obliga a volver.


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