30 julio 2020

Cuarentena



Confinado así, en el espacio que reconozco como guarida de mi corporalidad y albergue de mi ser espiritual, estoy grato.

Voy a meditar con los ojos abiertos  respecto de cómo debo emplear este tiempo para crecer. 

Voy a observar que cosas de las que no he hecho debería hacer y cuál primero y cuál  después.

Me entristecerá enormemente el enterarme que son varias las actividades posibles y que  no he realizado en tiempos de “normalidad”.  Y me afecta así porque siento haber perdido un tiempo vital.


Definiré primero un momento exclusivo para mi, asegurándome privacidad total, sin posibilidad de ser interrumpido y sin premura,.

Buscaré entonces así respuesta a todo aquello que hasta ayer pude haber considerado  insustancial y esnob.


¿cual es mi verdadero rol  en este lugar que ocupo (en el mundo) y en el que estoy?

¿quien soy efectivamente para quienes me rodean?

¿soy acaso el que deseo ser?

¿soy realmente feliz haciendo lo que hago y así hasta hoy?

¿puedo formular cambios en mi vivir que me acerquen mas directamente a esa felicidad?

¿puedo hacer más felices a los que quiero y que están en mi entorno?

¿Es el dinero para mi un carcelero de mi vivir?

¿Puedo alejarme de él?

¿cuanto tiempo de vida realmente me queda? 

¿será suficiente para alcanzar a realizar todo aquello que deseo  hacer?


Creo que para empezar a conversar seriamente conmigo mismo  estas son suficientes interrogantes que ocuparán un no tan breve tiempo para esbozar contestaciones.


Ya mañana me veré ejercitando algo de lo que me pude proponer.

Y desde ya agradezco la oportunidad  que se me ha brindado para buscar  e intentar encontrar aquella parte de mi que es la no instrumental , la impellejada, la invisible, la que puede o no ser feliz.

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