04 febrero 2018

Compañero B





Compañero B
Te ruego sepas disculpar mi inasistencia.

No puedo dejar el lugar ni las actividades que tengo programadas y de las que soy presa ya casi el tiempo correspondiente a una cadena perpetua.
Fui llamado violentamente a recordarte en tu imagen  y 
(en  lo que mi ya deteriorada memoria me permite rescatar)  
en tu ser. 
Y digo violentamente porque fui llamado pero no para reencontrarnos 
porque precisamente en ese mismo instante ya te habías marchado. 
Y marchado para no regresar.
Para no regresar jamás!

Esa frasecita me ha dolido hasta el alma.
La decisión de marcharse  es extrema. 
Es extrema porque es  ajena y ademas irreversible. 
Y por extrema, dolorosa.

¿como puedo pedir ahora si quisiera las disculpas si tu ya no puedes recibirlas ni aunque grite?
¿como te puedo explicar justificando que no busqué tu contacto porque estuvo embotada mi razón con lo cotidiano y cegada mi visión  para la verdadera razón del existir hasta ahora que recién intuyo y empiezo a descubrir?

 En este vagón de tren de trocha angosta 
 en el que nos embarcamos agrupados por azar hace ya demasiado tiempo, 
demasiadas estaciones  
y con un rumbo impuesto y predeterminado 
hacia un destino intuido como una playa 
a la que aún sin conocerla le  tengo terror.
En este vagón:
aún estoy.

Lo recorro   caminando mientras  avanza y comparto con los que - por cercanía - me voy topando. 

Reconozco ahora,  tras tu llamado de atención,  que me he mantenido torpemente limitado en este espacio. Espacio de comodidad.  Y que me he farreado el placer que tras traspasar la frontera vidriada de entre vagones se puede encontrar al conocer de los  viajantes pululantes  vecinos,  sus experiencias, sus visiones, sus sueños y pretensiones. 
Me he perdido del saber de sus goces y de sus temores. De sus hobbies y religiones y acercamientos o politicos rechazos.
Es limitado el numero de almas a las que he podido conocer en este reducido espacio en el que insensiblemente me he confinado y es que es cada vez menor mientras se avanza.
Es un inconsciente espontáneo libre encierro.

Quisiera acceder a escuchar mas elucubraciones sobre el como será la playa a la que vamos (final del recorrido) y quisiera saber de mas reflexiones respecto de lo que significa el simplemente estar en este movil. 
Eso quiero ahora con fuerza.

Compañero B
Quiero contarte - aunque se que no te llegarán ya mis palabras (porque - y soy de esto responsable- las estoy expresando tarde), - que hace dos estaciones he empezado a cambiar temporalmente  de carro, he traspasado la vidriada frontera  y en ese breve estadío he encontrado  a un contingente cabalístico de conocidos enteramente desconocidos y a los que, pese a lo breve y esporádico del trayecto conjunto, los he ido  reconociendo.
Me lamento por no haberlo hecho antes. Es un lamento tardío, lo entiendo, pero en parte remediado por lo que te cuento.
Quizá si hubiese sido mas impetuoso y atrevido, hubiese podido alcanzar otros carros y asi el que te albergaba que ni imaginé llegar.
Te habría saludado con un abrazo fuerte, desinhibido y sincero y  habría inquirido relatos pormenorizados de tu hechos y te habría contado con elocuencia de los míos  y habríamos convenido otras rejuntas en otras recaladas y estaciones. Quizá.

Me estoy preguntando: ¿ puedo ser impetuoso a partir de ahora y por lo que resta del viaje? 
Para practicar consecuentemente   lo que subyace es que promoveré el intercambio de comentarios a preguntas como esta en forma cotidiana a través de algún diario.
Quiero afianzar mis vivenciales conclusiones para preparar mi actuación en aun no solicitada y la que me tocará en la fiesta próxima a ocurrir en la arenosa y brillante playa a la que vamos. 
Quiero ir dejando en cada detención de carros muestras de mis trabajos y de mis meditaciones para que sean descubiertas fácilmente por mis  amores cuando me ausente y para que ojalá les sirvan en sus propios viajes y minimicen con ello  los errores y desaciertos que de viajantes he ido descubriendo.
Estoy aprendiendo ademas a disfrutar del trayecto con independencia del disfrute que deberé encontrar en la playa a la que vamos y de eso también quiero dejar rastros.

Compañero B
Que forma tan espléndida de recordarme que no puedo desperdiciar  con ensimismamiento egoísta  mi permanencia en este traca traca que tu dejas y que no debo distraer un solo segundo mi atención de quienes a mi lado quieren mostrarme sus sentires y sus experiencias.


VDCT (vamos dándole con todo) es la arenga que he inventado en consecuencia.



No hay comentarios.:

Av. Recoleta

  i pasó por la vereda de enfrente. Creo que me miró. Creo. Quizá    solo lo imaginé porque s iguió sin voltearse. No enlenteció su paso. i ...